La iglesia vende el viejo palacete de la familia Reyzábal como una ‘ganga’
Julián Reyzábal, inversor inmobiliario y productor de cine, falleció en 1979, dejando a sus siete hijos su riqueza y compañía. Un imperio de edificios, solares, cines y teatros había sido construido por el empresario de ascendencia burgalesa. Además, adquirió la parcela de Azca donde se construyó en 1979 el emblema de la familia, la Torre Windsor, antes de ser destruida por un incendio en 2005. El palacio del patriarca en Miraflores de la Sierra, sin embargo, fue adquirido por la Archidiócesis de Madrid.
En este municipio del norte de Madrid es donde se encuentra el palacete en el número 20 de la Avenida de Madrid. La finca está designada como «Villa de Nuestra Señora de Begoña» por un cartel que cuelga en su entrada. El anuncio de venta del palacio, que fue construido en la década de 1950, se publicó en abril de 2021. En ese momento se vendía por 1.090.000 euros. Actualmente Best House vende el inmueble por 795.000 euros, un 6% menos que los 850.000 euros que pedía anteriormente.
Los mil metros cuadrados del chalet se reparten en varias estancias y plantas. En la planta baja se encuentran dos salones, una biblioteca, un dormitorio, dos baños, una zona de servicio y un porche de 80 metros cuadrados. En el segundo piso se ubican un dormitorio-sala de estar, un baño y una buhardilla, mientras que en el primer piso se ubican cinco dormitorios y dos baños. Además del sótano de la bodega, la caseta de vigilancia, la piscina y el frontón, el solar destaca por su gran torre. Eso sí, la inmobiliaria lanza un último aviso: «La casa necesita reforma».
En la parte posterior de la parcela también se encuentran el conocido Santuario de la Virgen y el río Guadalix. Los Reyzábal construyeron allí una pequeña capilla, en la gruta. Es accesible para todos. Algunas señales en la Avenida de Madrid indican a los visitantes la dirección correcta y brindan información sobre los horarios de visita. En la actualidad, el camino junto a la cueva se conoce como Avenida de Julián Reyzábal Delgado. Una placa honra al empresario que allí fundó la cueva, destacando sus cualidades como «gran devoto de la Virgen y gran admirador de Miraflores».
Herencia a la Iglesia
El Confidencial asegura que Julián Reyzábal quería dejar el palacio a la Iglesia para que lo utilizara como residencia de sacerdotes veteranos o centro de formación de nuevos sacerdotes. Sin embargo, no se presentó y la casa quedó abandonada. El Arzobispado de Madrid dijo a digital en abril de 2021 que la propiedad «nunca se ha utilizado para nada pastoral o caritativo y su mantenimiento es costoso para la diócesis». La riqueza del Magnate los heredaron sus siete hijos, pero el chalet de montaña permaneció en posesión de la iglesia. Según los informes, la saga tiene 490 millones de euros en riqueza. Los activos inmobiliarios, que se concentran casi por completo en Madrid, son acumulados injustamente por cinco ramas familiares.
Además de acumular una importante cartera de edificios y solares, Julián Reyzábal también poseía salas de cine y discotecas. Izaro Films, una productora, vivió su apogeo en los años 70 y 80.
